Un camino japonés para nuestro jardín

casa con un camino japones

Seguro que todos hemos visto un camino japonés alguna vez, o quizás hemos transitado por uno. Se trata de esos senderos compuestos por baldosas o piedras con una separación de pocos centímetros entre sí, que discurren a su vez por zonas de césped o hierba no demasiado alta.

Son un elemento iconográfico muy habitual en cualquier jardín zen, naturalmente, pero en realidad es fácil combinarlos con otros estilos y estéticas occidentales sin que desentonen para nada. Así que si nos estamos planteando crear o delimitar diferentes zonas en nuestro propio jardín, una idea original y muy agradable a la vista consiste en unirlas mediante uno de estos senderos.

¿Qué elementos hacen falta para su diseño?

Lo primero es lo que hemos comentado: debemos tener un suelo de césped. Si nuestro jardín únicamente posee zonas arenosas no conseguiremos el efecto deseado. Para el trazado en sí, habremos de conseguir losas de pizarra o rodeno, que son las más adecuadas y las que nos darán el aspecto que queremos.

Si podemos obtenerlas del medio natural, mucho mejor; por supuesto, cuanto más irregulares sean las piedras en sí, mejor será el efecto estético envejecido que buscamos en esta clase de caminos. La separación entre las piedras puede variar y es algo que podemos elegir nosotros mismos.

Decorar ambos lados del camino

Una vez tengamos el trazado y la disposición del camino, es importante que le demos algo de colorido y variedad. Los elementos propios de un jardín japonés encajarán a la perfección: lámparas, tallos de bambú, otras piedras de pizarra colocadas en vertical…

Pero si no queremos complicarnos demasiado, bastará con que plantemos algunas de las flores que tengamos en otras zonas, continuando así con el mismo esquema y consiguiendo un conjunto en perfecta armonía.

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