Del mismo modo que hace pocos días trabajamos acerca de los calabacines en la huerta orgánica, hoy es el turno de compartir “pienso” acerca de los tomates, tan ricos, tan sanos. ¿A quién no le gustan? ¿Por qué optar por tomates orgánicos en lugar de los convencionales?
Razones de su elección
Para comenzar, señalo que los tomates orgánicos contienen niveles más altos de polifenoles que los tomates de cultivo convencional. ¿Por qué es importante esto? Debido a que el consumo de polifenoles naturales, producidos por plantas antioxidantes, se asocia con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, enfermedades degenerativas y algunos tipos de cáncer.
¿En qué se fundamenta la diferencia?
La agricultura ecológica no utiliza abonos nitrogenados, y como resultado, las plantas responden al activar sus propios mecanismos de defensa, el aumento de los niveles de todos los antioxidantes.
Investigaciones recientes y no tanto, respaldan ampliamente esta aseveración. Por ejemplo, un reciente estudio realizado en los EE.UU. encontró que en promedio, los productos orgánicos tienen 30 por ciento de los niveles más altos de polifenoles, en relación con sus pares convencionales.
Pero hay más; los niveles elevados de antioxidantes también explican por qué los tomates orgánicos tienen un sabor tan bueno también: muchos de los antioxidantes son flavonoides, que son componentes importantes en el sabor de los alimentos.
¿Es fácil cultivarlos?
Créeme que sí. Puedes hacerlo tanto en tierra plena como en contenedores. En este último caso solo debes asegurarte de contar con un contenedor profundo y de hallar la forma de sostener las ramas al momento de crecer la planta en altura, ya que los frutos comienzan a pesar y estas se vencen con facilidad.