Por suerte, hoy en día es mucho más sencillo escoger esta clase de productos de primera necesidad para cualquier jardín. Conscientes de que se trata de un hobby en el que muchas personas se inician desde cero, los fabricantes han simplificado los tipos de fertilizante existentes para que lo tengamos mucho más fácil. Aunque en casi todos nos queda claro nada más leer la etiqueta, os contamos cuáles son los que os encontraréis en vuestra tienda:
- Fertilizantes universales: su nombre es bastante evidente. Ya estemos pensando en plantar flores, hortalizas o árboles, la combinación de nitrógenos, potasio y fósforo en esta clase de fertilizantes está diseñada para ajustarse a los requisitos de cualquier planta y satisfacer sus necesidades de nutrientes.
- Fertilizantes para césped: si nuestro jardín se va a basar en una capa de este tipo, o si nos estamos planteando crear un techo verde, lo primero que tendremos que pensar es en la fortaleza de nuestro césped y en escoger un fertilizante especialmente indicado para él.
- Fertilizantes para flores: la diferencia con respecto a los anteriores es su mayor grado de fósforo y potasio, dos elementos muy necesarios para un correcto florecimiento.
- Fertilizantes para huertos: esta clase de sustrato ha crecido en importancia en estos últimos años en los que la agricultura ecológica en jardines o terrazas se ha puesto tan de moda. Muchos de ellos están diseñados incluso para conseguir un sabor más puro y fuerte en las hortalizas.
¿Fertilizantes líquidos o sólidos?
Ésta puede ser otra duda que nos asalte de forma repentina una vez nos hayamos decidido por alguno de los tipos especificados arriba. Por suerte, es todavía más sencilla de resolver: para el jardín se recomienda emplear el fertilizante sólido, “de toda la vida”, mientras que para una terraza o para las macetas de nuestra vivienda nos será mucho más fácil emplear el fertilizante líquido.