Temperatura y humedad ideales para las plantas Crasas

 Seguimos aprendiendo y compartiendo acerca de las plantas crasas. Estas plantas necesitan mucha luz; el sol les fortalece y embellece su sistema espinoso. Es bueno en invierno tenerlas bajo cristal. Las temperaturas muy altas que se dan a veces dentro de las protecciones de cristales no matan estas plantas, que en sus hábitats de origen soportan temperaturas elevadísimas.

Si las macetas están enterradas en una cajonera con polvo de carbón o arena, las plantas resisten mucho mejor las bajas temperaturas. En esta situación, excepción hecha de algunas especies tropicales, pueden resistir temperaturas de algunos grados bajo cero.
Los cactus procedentes de las montañas altas (son muchos) aguantan grandes diferencias de temperatura, tanto entre verano e invierno, como entre día y noche, pues están acostumbrados a ellas en su hábitat natural, donde el sol de día calienta mucho y las noches son frías.

En el invierno, durante el reposo, mueren las últimas ramificaciones de las raíces, que se han de reproducir en primavera. Estas nuevas formulaciones se facilitan mucho con el calor de fondo que, en primavera, favorece mucho la vegetación de estas plantas. Si no se les puede dar calor de fondo, basta que haya una temperatura elevada en el ambiente. Las que tienen una protección de pelos o de espinas prefieren vivir al sol. También viven sin sol, mientras tengan luz; pero al sol crecen más lentamente, se hacen mucho más fuertes y se forman mejor.

En cuanto entra en el otoño se empieza a disminuir el agua hasta llegar a la sequedad, y así se detiene la vegetación. No debe olvidarse que los dos factores que regulan la vegetación de las Plantas crasas, como de la mayoría de plantas, son el agua y la temperatura. Por tanto, si se suprime el agua y baja la temperatura dejan de vegetar.

Lo único malo es la desaparición de uno sólo de los dos factores, con persistencia del otro. En estancias demasiado calientes y con el aire muy seco, no pasan bien el invierno, porque por la falta de agua la tierra se pulveriza demasiado, deja de estar en contacto con las raicillas y éstas mueren todas.

Los crecimientos de invierno
se han de evitar siempre (con la supresión del agua), porque producen formas anormales, alargadas y débiles. Cuanto más aprisa crecen las plantas, más se resienten de la falta de reposo invernal. Todas tienden a producir brotes estrechos y alargados, y los cereus sacan brotes sin espinas. De aquí una ley general: los crecimientos invernales producidos por una interrupción en el reposo (o sea las vegetaciones anticipadas) destruyen siempre la forma regular y bella de estas plantas.

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