Ya estamos a pleno disfrute del tiempo veraniego. Seguramente habrás completado las tareas relativas a la puesta a punto de tu espacio verde. Pero el calendario del jardín es intenso y siempre tenemos algo que hacer, especialmente (aunque no lo creas) ya mirando a la próxima estación del año.
Un ejemplo típico de ello, es la primera tarea que te propongo: retirar los bulbos del terreno. Las bulbosas son preciosas, disfrutamos de ellas todo el año, pero en esta etapa es necesario recoger bulbos. Cuando estés seguro que la floración primaveral ya ha terminado, quita los bulbos de la tierra y resérvalos en un lugar oscuro, seco y al abrigo sólo después de haberles retirado la mayor cantidad de tierra posible (de ser necesario utiliza un cepillo muy suave).
Otra tarea importante es revisar o agregar tutores a aquellas plantas de tallos semileñosos que pueden ser más vulnerables al viento. Ejemplos típicos son los pequeños arbustos y los rosales.
Es importante sumar a las tareas antes mencionadas, el control de los mayores depredadores que pueden sufrir tus plantas. Me refiero explícitamente a babosas, caracoles y hormigas. Si has padecido alguna vez su voraz ataque, sabrás de qué estoy hablando, pues la impresión de levantarse una mañana y comprobar que tus plantas han sido la suculenta cena de estos personajes es un verdadero impacto.
Por último, vigila el tema del riego y de los drenajes. Tanto en macetas como en tierra plena, las plantas demandan más agua, pero no debes permitir anegamientos que pongan en riesgo la salud de las mismas.