Comencemos, como siempre hacemos por citar el nombre científico de esta planta, de hecho un paso imprescindible para su correcta identificación en cualquier país del mundo. Estamos hablando de la Sambucus nigra L, que forma parte de la familia Caprifoliáceae. Crece espontáneamente en bosques, márgenes de ríos o espejos de agua y en sitios mayormente húmedos.
Es una planta tan versátil, que acerca de ella encontraremos mitos y también verdades científicamente comprobadas. Por ejemplo, se dice que protege a la casa y a sus habitantes. En tiempos antiguos, se utilizaba como remedio universal: se creía que las infusiones de sus flores aliviaban resfriados, efectos de la gripe y de la fiebre del heno.
Lo cierto es que sus frutos contienen mucha vitamina A y C, y por ello la acción de prevenir resfriados sea presumiblemente, verdadera.
Se la solía definir como un tesoro medicinal, ya que con su corteza interior, se conseguía elaborar preparados que se utilizaban como estimulantes hepáticos y contra el estreñimiento. Sus hojas se usaban como base para preparar cremas y pomadas de uso externo para contusiones y dislocaciones.
Por si todo esto fuera poco, sus frutos y flores son deliciosos.