Una de las actividades de mantenimiento más delicadas en el jardín es la poda, y es que un punto esencial para el buen crecimiento y aspecto de las plantas es cortar en forma y a tiempo con todo aquello que atenta contra la salud de nuestras plantas. ¿Cuándo y qué podar? Esta es una sencilla guía para no errar.
1. Enfermos
Todo tallo enfermo o débil debe ser cortado con prontitud, para evitar que la infección se extienda por al jardín. Dependiendo del grado y agresividad de la infección, tratamientos complementarios son recomendables, y siempre inspecciona las plantas cercanas.
2. Brotes inoportunos
Aquellos brotes que crecen sobre las ramas alta, a causa de depósitos de agua en la corteza, o esos brotes que aparecen en la parte inferior de las ramas más bajas.
3. Flores primaverales
Las especies que florecen en primavera, tempranamente (como las lilas, la forsitia y el rododendro), deben ser podados apenas y termina su floración. De otra manera, si se podan avanzado el invierno, hay el riesgo de que cortes el bulbo de la flor, y que se pierda.
4. Veraniegas
Las plantas que florecen en verano como el mirto y la potentilla deben podarse en invierno o en la temprana primavera, cuando aparecen sus brotes.
5. Hortensias
Se trata de flores que, en la mayoría de sus subespecies, crecen sobre viejo brotes, con lo que la poda es bastante crítica, y debe realizarse cuidadosamente en la media estación del verano. De hacerlo en invierno o primavera se corre el riesgo de cortar los brotes.
6. Arbustos
Los arbustos pueden podarse hasta el nivel de la tierra en toda épocas, excepto en el otoño tardío y aún así crecerán y florecerán en su estación. Si el arbusto se corta en otoño, tiene menos posibilidades de haberse desarrollado y endurecido para tolerar el invierno. Es importante eliminar las ramas secas y las hojas requemadas. La mejor época para hacer una poda intensa es el invierno.
7. Enredaderas
Todas las especies deben ser podadas seis semanas antes de la primera nevada o del inicio del invierno. La parte alta debe ser más delgada que la baja, pues de ese modo las ramas superiores no obstruyen la luz del sol para las inferiores. Para que tu “muro verde” se conserve más sólido, poda a la mitad de su estación los tallos sobresalientes.