Poda de Bonsái

Alguien sosteniendo un bonsai pequeño con los dedos

Comienzo diciendo que las ramas podadas y toda herida que se produzca en el arbolillo deben tratarse con desinfectantes basándose en látex para evitar infecciones.

Al empezar el periodo vegetativo, ha de efectuarse una poda de limpieza de todas las ramas que no hayan retoñado, procurando hacerla con cuidado para no estropear las yemas que estén echando vástagos. Durante el período vegetativo tienen que pinzarse todas las ramas que sobresalgan demasiado, a fin de conseguir mayor ramificación, pues solo de esta manera se reduce la hoja eficazmente, sin embargo, hay que tener en cuenta que ni la flor ni el fruto pueden empequeñecerse.

Únicamente, un árbol no reduce la hoja al mantenerlo enano, sino que al contrario, la agranda como se da en el llamado fósil viviente, Ginkgo biloba. La poda debe complementarse con abonos; es muy comprensible que unos ejemplares que viven en tan poca cantidad de tierra necesitan suministros periódicos, preferentemente de productos orgánicos, harinas de huesos, pescado, sangren, así como pequeñas dosis diluidas de sustancias químicas, sulfatos, urea especialmente para ejemplares de mucha floración.

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