Quizá has escuchado hablar de ellas alguna vez, e incluso podrías pensar que son un mito. Pero lo cierto es que estas plantas sí existen y si bien la mayoría de ellas no son tan “domésticas” como muchas otras que tenemos en nuestros hogares y jardines, créeme que tampoco están tan alejadas de nosotros…
La planta que puedes ver en la imagen de portada, es una de las más famosas. Se trata de la llamada Venus atrapamoscas (su nombre científico es Dionaea muscipula). Ella es capaz de mantener abiertas una especie de valvas con puntas (tienen forma de medialuna) y cuando la víctima se acerca, estas formas se contraen rápidamente, quedando atrapada en su interior.
Previamente la víctima había sido atraída por un néctar muy dulce y es increíble – créeme- ver estas plantas en acción, es decir en el momento que se cierran parece como si tuviesen un mecanismo automático que detecta la presencia de la mosca.
En mi opinión de hecho el adjetivo “insectívoras” debería ser el adjetivo genérico más difundido para estas plantas.
Técnicamente podríamos definir a una planta insectívora como aquella que cubre sus necesidades nutricionales a través de la captura de pequeños animalillos. En general, se trata de insectos pequeños, pero en el caso de medios acuáticos, esta capacidad se extiende a otras especies, fundamentalmente protozoarios.
No obstante vale subrayar, que no consiguen cubrir sus necesidades energéticas a través de este hábito alimenticio. Se las puede encontrar fundamentalmente en zonas donde los suelos son muy pobres, carentes de nutrientes esenciales como el nitrógeno, y este tipo de rasgo alimenticio no ha sido otra cosa que una forma de adaptación al medio que les ha permitido sobrevivir.
Dedicaré en los próximos días, algunos post más, proponiéndote conocer algunas otra especies, e incluso te desafío a aprender un poco sobre su cultivo y condiciones de mejor crecimiento.