No todas las plagas que pueden afectar a nuestras plantas en verano llegan en forma de insectos que detectamos rápidamente. Los hongos también pueden ser un problema muy serio… y silencioso. Hoy os contamos cómo combatir los estragos de uno de los más habituales, el mildiu.
El mildiu es un hongo que se propaga en nuestras plantas a finales de primavera y durante el verano, estimulado por las altas temperaturas. Suele ser más común, por tanto, en zonas muy calurosas o aquellas que posean un nivel de humedad muy elevado, por lo que toda nuestra cuenca mediterránea está dentro de su influencia. Además, debemos tener especial cuidado con él si tenemos un huerto urbano: plantas como la lechuga, el tomate, la coliflor… son bastante propensas a su aparición.
Distinguir el mildiu no es nada complicado. En las hojas de nuestras plantas empezarán a aparecer manchas grises, blancas, amarillentas… que se extenderán con rapidez, secando las partes que tocan. Dificultan la realización de la fotosíntesis y como consecuencia de esto nuestros ejemplares se marchitarán y morirán antes de que podamos darnos cuenta. Así que lo primero que recomendamos, claro está, es que hagamos una inspección diaria de nuestras plantas, prestando mucha atención a la aparición de zonas resecas, tratando de determinar si son parte de un proceso natural o hay algo más. Si vemos que se amplían más rápido de lo normal, entonces tendremos que empezar a preocuparnos.
Cómo evitar la llegada del mildiu
Lo mejor en cuanto advirtamos que el mildiu se ha instalado en nuestras plantas es quitar enseguida las hojas afectadas para que no se propague, y si tenemos la posibilidad aplicar un fungicida ecológico. Pero no nos podemos olvidar de la prevención, por supuesto: es importante que dejemos el espacio necesario entre ejemplares cada vez que plantemos, para que se aireen, y que respetemos todo lo posible los calendarios de siembra para no alterar el entorno. Además, las flores, las plantas aromáticas como la albahaca y las ortigas repelen al mildiu.