Finaliza julio y estamos promediando la temporada de verano y aquellos que tenemos la fortuna de tener una piscina como parte de nuestro espacio verde familiar, sabemos que ha sido el punto de encuentro constante de familia, amigos y vecinos. Se ha utilizado mucho y aún queda mucho verano para disfrutarla al igual que las plantas y los aromas de verano.
El tema de la higiene y el aseo es un punto clave para que ésta sea un entorno seguro y sin riesgos sanitarios. En ese sentido, practicar una limpieza correcta es vital y hacerlo tomando todas las precauciones del caso es igualmente importante. Por ello y precisamente en esta época he decidido abordar este tema, compartiendo las principales pautas a tener en cuenta y además instrucciones en vídeo para que no quede ningún tipo de dudas.
¿Cada cuanto realizar este trabajo?
Lo ideal, para minimizar riesgos es realizar la rutina (verás que consta de varias partes) cada quince días, vale decir dos semanas.
¿Por dónde comenzar?
Ten en cuenta que trabajaremos con químicos potentes, por lo que es imprescindible trabajar con cuidado; el uso de guantes e implementos de protección corporal es ampliamente recomendado. Lo primero es evaluar el nivel de cloro y el de PH, es decir controlar el grado de acidez o salinidad del agua. Se consiguen en el mercado kits para realizar este trabajo y en el vídeo vas a poder apreciar bien cómo se utilizan y qué significa la medición que nos devuelve.
Además hay que verificar la presencia de algas y de partículas no deseadas.