¿Quieres saber la verdad sobre arcilla? El suelo arcilloso, ¿es un problema o una bendición? ¿Qué puedo hacer para modificarlo? ¿Cuál es, entonces, el suelo ideal? Veamos si podemos responder a estas preguntas tan frecuentes como pertinentes.
El suelo del jardín puede tener un carácter o una textura que es un poco de arena o o más cantidad de arcilla, o…puede ser ideal: una combinación fértil de ambas texturas, bien drenado, y con cantidades equilibradas de arena, arcilla y limo. Este tipo de suelo se conoce como suelo franco.
El suelo arenoso, se compone de partículas minerales de gran tamaño. La textura suelta y deleznable de suelo arenoso es fácil de excavar, por lo que drena con más rapidez, desalentando la pudrición de las raíces por causa de hongos, pero la desventaja es que los nutrientes son rápidamente lavados del suelo con cada lluvia.
Ahora sí, considerando que las partículas de arcilla son mucho más pequeñas, dan al suelo una textura pesada, la típica textura de retención de agua. El suelo de arcilla retiene los nutrientes, pero su mal drenaje y puede llegar a ser una condición difícil para algunos tipos de plantas.
El punto clave es que cualquier tipo de suelo puede ser transformado en barro fértil y bien texturado con adiciones generosas de materia orgánica. El compost es la mejor forma de materia orgánica en el suelo y vale adicionarlo para mejorar su textura y la fertilidad, pero los materiales derivados de plantas en descomposición, como el heno podrido, recortes de césped, hojas trituradas, turba o aserrín podrido, serán ideales para mejorar el suelo al aumentar su contenido de materia orgánica.
Imagen: profesorenlinea