Quienes amamos tanto a nuestras mascotas como a nuestro jardín, tenemos muy claro el alcance de la dificultad que significa una convivencia armónica con esas dos “pasiones”. Todo el tiempo hay que estar alerta, buscar estrategias y escuchar buenos consejos. Precisamente a compartir algunos de ellos he pensado dedicar este post
Primeros consejos
- Use camas elevadas. Es buena idea para que tus plantas queden más distantes del lugar de tránsito de las mascotas y créeme que tu espalda también sufre menos; por supuesto, igual enseña a tus mascotas que ese sector no es su “zona”.
- En lugar de rezongar a tu mascota por excavar indiscriminadamente, destina un lugar del jardín donde le permitas hacerlo libremente. Una manera sencilla es enterrar algunos dulces o huesos en ese lugar, pronto comprenderán que es el sitio donde “se puede”.
- Del mismo modo, crea una zona donde tu perro pueda hacer sus necesidades. No es tan difícil hacerles comprender dónde es.
- Sin duda también has de crear y delimitar una zona de juegos. Incluso en un espacio muy pequeño, puedes lograr donde desarrollar varias actividades para tus perros.
- Asegúrate de conocer bien tus plantas, cuidando especialmente que no exista en tu jardín ninguna planta tóxica. No importa si consideras que no está al alcance de tu mascota; mi consejo es que directamente no permitas que haya ninguna, por bonita que sea, en tu paisaje. ¿Tienes dudas? En tu lugar yo me asesoraría por partida doble: tanto con tu veterinario -que debe tener muy claro qué plantas han provocado envenenamientos en base a su experiencia-, como con el vivero en el que compres tus plantas.