Te invito a releer el primer y segundo post dedicado a este tema donde revelamos varios síntomas y señales de sufrimiento de la planta. Continuamos hoy con otras pistas que deben alertarnos al respecto…
El follaje roto o dañado, puede ser el resultado de los fuertes vientos, lluvia o granizo. Aunque esto es en gran medida una cuestión estética, también hace que la planta sea más vulnerable a la invasión de agentes patógenos. Por esta razón, por lo general es mejor quitar el follaje dañado. En la mayoría de los casos las hojas serán rápidamente reemplazadas.
¿Qué hay del follaje decolorido? Esto puede ser causado por una deficiencia de nutrientes. Si el color es más pálido de lo normal, puede indicar una deficiencia de nitrógeno; si las venas de las hojas son verdes, pero el área entre ellos es de color amarillo, puede existir un déficit de hierro. Las plantas con una deficiencia de fósforo a menudo tienen un color rojizo o violáceo.
Si la planta acusa crecimiento lento, ello puede significar que hay una escasez general de alimentos esenciales.
Los fertilizantes orgánicos prevén en general una amplia gama de nutrientes de liberación lenta, incluidos los micro-nutrientes. Compruebe el pH del suelo y ajusta los valores si es necesario para las plantas que están creciendo (la mayoría de las plantas vegetales prefieren un pH de alrededor de 6,8). Un pH incorrecto puede impedir que las plantas absorban los nutrientes del suelo, incluso cuando están presentes en el suelo.
Si percibes márgenes de la hoja que se muestran secos ello puede ser señal de fertilizantes en exceso; los fertilizantes orgánicos rara vez causan la quema ya que los nutrientes son liberados lentamente con el tiempo.
Por último, el caso de hojas quemadas, especialmente en un área específica en la planta, puede ser resultadp de causado por exceso de rociado de herbicidas o por exposición a orina de los animales. El consejo es rociar el follaje con agua limpia y podar sin piedad cualquier follaje dañado permanentemente.