El geranio se trata de una de las plantas de mayor popularidad, son resistentes y de sencilla reproducción, requieren de cuidados escasos. Están presentes en muchas casas por su gran resistencia, sus flores abundantes y de variados colores. Se pueden cultivar en forma indistinta en tiesto o en un jardín y combinarlos a propio gusto, mezclando los diversos tonos o seleccionando uno solo.
No es indispensable otorgarle cuidados especiales. Será importante, a través del año, eliminar las hojas y flores marchitas o sin color y cortar los tallos que se pudran o estén viejos. Los riegos tienen que ser abundantes en el verano y muy moderados en épocas frías, pero siempre habrá que esperar que la superficie del compost se seque previa al siguiente riego. Durante los días de verano es bueno añadirle al agua algún fertilizante líquido, por lo menos una vez al mes.
Los geranios que se encuentren a pleno sol, florecerán de manera más abundante. Su temperatura ideal es entre 20 y 24 grados centígrados, mientras que en el invierno será necesario resguardarlos si las temperaturas que se registran están por debajo de los 5 grados. Se reproducen por esquejes de los tallos, de unos cinco centímetros cortados por debajo de un nudo.
Las especies más comunes son los pelargonios zonales que tienen las hojas con forma de herradura. Su floración es muy prolongada y va desde el blanco al rojo. Otra especie muy conocida es el real que tiene flores muy llamativas pero de corta duración.