Londres es un lugar perfecto para una escapada de fin de semana (¡a veces sale más barato viajar a esta ciudad que a otras de nuestro país!), y sobre todo para huir de las rutas prefabricadas y descubrir por nuestra cuenta lugares “secretos”. Los jardines, cómo no, se encuentran entre ellos.
Cualquiera que haya viajado a Inglaterra sabe la importancia del verde en todas sus ciudades. No es nada raro que los jardines se integren con el componente urbano de manera muy orgánica y espontánea, y con una exuberancia que a veces resulta sorprendente en nuestro acelerado e industrial siglo XXI. Muy conscientes de esta realidad y de lo mucho que gusta a quienes no están acostumbrados a ella en su país, Londres decidió hace unos días celebrar unas jornadas “de puertas abiertas”, por así decirlo, ofreciendo el paso a jardines que tradicionalmente están cerrados al público. Toda una oportunidad para conocer una cara oculta que numerosos amantes de la botánica no dejaron escapar.
Más de 200 vergeles inexplorados
Parece casi imposible visitarlos todos en un fin de semana. Por suerte, es una iniciativa que se celebra una vez al año, en verano (las fechas pueden variar). Entre los jardines secretos que se abrieron a los curiosos se encuentran emblemáticos recintos privados como el de Cadogan Place o Eaton Square; Warwick Square o Eccleton Square, que recrean la campiña salvaje y colorida propia de la Inglaterra rural; las reservas naturales de Camley y Barnsbury, los Jardines medicinales situados en el Colegio de Médicos de la ciudad o Melissa Garden, un rincón dedicado a la apicultura.
Tradición y estética se dan la mano en estos jardines, la mayoría de los cuales nos cuentan una historia con sólo pasear por sus senderos. Nos quitamos el sombrero ante esta iniciativa de Londres, todo un tributo al mundo natural y un ejemplo que muchas ciudades deberían seguir. Por desgracia, los parques y rincones verdes siguen siendo los grandes desconocidos para los urbanitas empedernidos.