Nada parece más alejado del mundo de las plantas que los insensibles y fríos robots, ¿verdad? Pues no estéis tan seguros: hoy os contamos en qué consisten las plantas robóticas.
La idea de crear maquinaria robótica que imite el comportamiento de las plantas ha surgido del proyecto europeo Plantoid. En palabras que podemos leer en la propia página web de éste, las plantas representan todo un paradigma para el estudio y el avance tecnológico en términos de energía, eficiencia, fuerza y consumo moderado de energía, entre otros aspectos. Así pues, no parecía más que cuestión de tiempo hasta que la robótica se fijara en todo lo que puede aprender de ellas.
El Instituto Italiano de Tecnología, en concreto el equipo encabezado por Barbara Mazzolai, es el encargado desde el pasado mes de agosto de fabricar las primeras raíces artificiales. Son estructuras que, por supuesto, no tienen nada que ver en su aspecto físico con lo que entendemos por una planta, ni siquiera por las raíces de ésta. El objetivo fundamental es estudiar hasta qué punto podrían utilizarse estos sistemas (volviéndolos cada vez más complejos, claro está) para excavar y explorar el subsuelo terrestre en busca de agua, minerales o recursos de todo tipo. En un planeta como el nuestro, donde los recursos en la superficie, por desgracia, escasean cada vez más, se convierte en un avance necesario el descubrir métodos con los que aprovechar todo lo que subyace bajo nuestros pies.
Su utilidad médica
No sólo se plantea la posiblidad de utilizar plantas robóticas para esta clase de prospecciones. En realidad, el estudio del comportamiento de estas estructuras puede ampliarse mucho más: desde el envío a la luna o Marte para aprender más sobre su superficie hasta el diseño de endoscopios que puedan moverse con mucha más facilidad y autonomía por el cuerpo humano a la hora de operar o colocar implantes. Una muestra más de que la naturaleza nunca deja de enseñarnos de mil maneras diferentes.