La denominada “Rosa Blanca de York” no pertenece a la variedad más popular de esta especie. Esta bella flor del color de la nieve se ha transformado con el paso de los siglos en el emblema de toda la región de Yorkshire.
Su transformación en símbolo se atribuye a Edmund of Langley, fundador de la “Casa de York” y primer descendiente de línea no primogénita en ocupar ese cargo.
Obviamente, su elección estuvo marcada por un profundo simbolismo religioso ya que el blanco impoluto de sus pétalos remite al significado de este color, que según el espíritu cristiano denota la luz, la inocencia, la pureza y la gloria.
Claro que poco tuvo que ver todo este mensaje positivo a la hora de los combates reales por tener el poder absoluto. Así la primer guerra de la que fue testigo la “Rosa Blanca de York” fue la “Guerra de las Rosas”, en la cual la “Casa de York” se enfrentó a la “Casa de Lancaster”, cuyo símbolo era la “Rosa Roja de Lancaster”.
Mucho tiempo después casi a finales del siglo XVII los Jacobitas vieron en ella un ícono de su ideología.
Por último, en la “Batalla de Minden” que tuvo lugar el 1 de agosto de 1759 los soldados de Yorkshire utilizaron rosas blancas de los arbustos cercanos al campo de batalla para rendirles homenaje a los compañeros muertos en el enfrentamiento.
En sus capas triunfantes también pegaron algunas de estas flores. Dicho ritual dio origen a la celebración anual del ”Yorkshire Day” cuyo estandarte es, lógicamente, la rosa blanca.
Fuente e Imagen: Wikipedia