La nandina, una planta para Navidad

Son muchas las plantas que podemos escoger para darle algo de vida a nuestro hogar o nuestro jardín en Navidad; no tenemos por qué ceñirnos exclusivamente a la conocida flor de Pascua. Hoy os presentamos una que quizás no conozcáis: la nandina.

La nandina pertenece a la familia de la Berberidaceae. Es una planta procedente de Asia, muy presente en zonas como Japón o el Himalaya; de hecho, también se le conoce con el poético nombre de bambú sagrado. Sus colores resultan idóneos para combinar con esas tonalidades propias del invierno: el blanco y el rosa pálido que encajan perfectamente con nuestras poinsettia o con esas decoraciones basadas en la nieve que tanto nos gustan. Puede alcanzar alturas bastante elevadas, de hasta dos metros, por lo que también es una planta adecuada para tenerla en nuestro jardín. De hecho, su resistencia hará que podamos plantarla prácticamente en cualquier época del año.

Cuidado con los frutos

La nandina produce un fruto rojo, redondo, similar a las bayas o a los que aparecen en el muérdago. Su período de madurez en el jardín se produce a finales de otoño y pueden pervivir todo el invierno; su vistosidad hace que muchas personas la elijan para decorar su hogar en las fiestas que se aproximan. Y desde luego es una elección acertada… siempre que tengamos en cuenta unas precauciones básicas. El fruto es tóxico al contener un elevado grado de ácido cianhídrico, por lo que su ingesta puede resultar fatal. No sólo para los seres humanos, sino con mayor severidad para nuestras mascotas. Si tenemos gatos en casa u otros animales que campen a sus anchas y a los que su curiosidad les mueva a mordisquearlo todo… nos conviene tener nuestras nandinas bien en alto, o al menos fuera de su alcance. Lo mismo en caso de que tengamos peques en casa, claro está.

 

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