Esta curiosa flor es originaria de México, y debe su nombre de Zinia gracias a Johann Gottfried Zinn, un botanista alemán de mediados del siglo XVIII. Hasta su nombre científico es parecido: zinnia elegans. Le llaman flor de papel popularmente, por su apariencia muy parecida con las fabricadas en el mismo.
La Zinia es una planta anual, floreciendo desde los comienzos del verano hasta bien entrado el otoño, y como muchas plantas anuales, no tolera las heladas. Por ello, entre sus necesidades está la luz solar, mejor si se le expone plenamente a este, aunque puede desarrollarse a media sombra también.
En cuanto a sus flores, aparte que algunas presentan pompones dobles o semidobles, los colores de estas son tan variados que es posible encontrar zinias en blanco, amarillo, lila, carmesí, melocotón, rojo y hasta bicolores.
Es necesario plantarlas en suelos ricos en nutrientes, regarlas cada 2 o 3 días y no mojar las hojas durante el riego (recuerda el efecto lupa que puede quemar su superficie). Ojo: sus raíces son delicadas, así que si se trasplantan se debe tener sumo cuidado.
El colorido y atractivo de esta flor la hace ideal para decorar jardines, borduras, arriates, etc., de forma anual, alcanzando en el verano su máximo esplendor.