Hemos hablado varias veces por aquí de la necesidad de ayudar a germinar a nuestras semillas, teniendo en cuenta que muchas veces no cuentan con las mismas condiciones que en su medio natural. Hoy os contamos en qué consiste la técnica de la escarificación, pensada para esto.
Técnicamente hablando, la escarificación consiste en abrir la cutícula, la zona externa de las semillas, para que la parte interna conocida como radícula pueda abrirse paso hasta el exterior más fácilmente. Esto puede ser necesario en el caso de plantas que no estén en condiciones óptimas de temperatura, por ejemplo, y por tanto tengan dificultades a la hora de germinar al ser colocadas en la tierra. También es necesario cuando conservamos nuestras plantas en un invernadero, a la espera de que llegue la temporada adecuada para que broten. Es un proceso muy similar a la estratificación de la que ya hemos hablado, y en palabras menos rebuscadas consiste en romper la corteza de la semilla. Pero no es algo que pueda hacerse a la ligera, claro está; debemos tener mucho cuidado para que el remedio no sea peor que la enfermedad…
¿Cuáles son los tipos de escarificación?
La forma más habitual es la que consiste en hacer una pequeña incisión en la semilla, para después plantarla con normalidad. Naturalmente, esto se hace en semillas de tamaño grande, ya que en las más pequeñas corremos el riesgo de arruinar por completo la semilla. Las leguminosas, por ejemplo, son plantas que podrán crecer mucho más sanas con este tipo de escarificación previa.
Otras formas de escarificar consisten en sumergir las semillas en agua caliente, entre 38 y 40 grados, para que se reblandezcan; desgastar la corteza raspándola con lija o gravilla, y por último recurrir a algún producto químico como puede ser el ácido clorhídrico. Ni que decir tiene que todas estas opciones, especialmente la última, requieren de mucho cuidado por nuestra parte y no podemos hacerlo a la ligera. Cada planta tiene su peculiaridad, y haremos bien en informarnos previamente de cómo escarificarla adecuadamente, si realmente lo necesita.