Estamos acostumbrados a ver droseras y similares, y pensamos que las plantas resistentes al calor son pocos estéticas. Nada más lejos de la realidad: la copa de oro y sus flores son precisamente una buena muestra de lo contrario.
Podemos encontrarnos esta planta en tiendas especializadas en jardín con el nombre de Solandra, en homenaje a su descubridor en el siglo XVIII, Daniel Carlsson Solander. Aunque, a nivel coloquial, también se le han otorgado otros nombres: copa de oro, trompetero gigante, trompeta… como siempre, la imaginación de cada pueblo será la que finalmente asigne una denominación u otra. Se trata de una planta muy habitual en los jardines de México o Venezuela, y desde luego es una elección excelente si queremos darle un toque exótico y colorido al nuestro.
La copa de oro se encuentra dentro de la familia de las trepadoras, y su gran ventaja es que crecerá enseguida, siendo por tanto muy adecuada para un jardín de nueva creación que queramos ver florecer rápidamente. Puede llegar a alcanzar hasta ocho metros, así que más nos vale reservarle un buen espacio para que se desarrolle sin problema. En cuanto a la flor, sin duda su aspecto más llamativo (su vivo color amarillo es el que da nombre a la planta), puede crecer hasta unos veinte centímetros de diámetro.
Mejor en sol o semisombra
El rincón del jardín que le reservemos a nuestra copa de oro debe estar bien iluminado, o en todo caso encontrarse en semisombra. Al ser una planta procedente de ambientes cálidos, será necesario que la protejamos bien en invierno, especialmente en época de heladas. En cambio, no nos dará demasiado problema en verano. Siempre que tengamos cuidado de plantarla en un suelo con buen drenaje, no habremos de preocuparnos demasiado por el riego o si vivimos en zonas muy secas. Así que podremos irnos de viaje tranquilamente en estos días, asegurándonos de que tienen el mínimo de agua que necesitan (ya sea mediante un sistema de riego automatizado o la ayuda de otra persona) y poco más.