Jasminum officinale o simplemente Jazmín. Si me preguntas, no dudo en calificar la elección de esta planta, como una muy buena opción para quienes quieran arreglar, decorar o simplemente agregar un toque especial a un jardín. El jazmín es una planta aromática y ornamental, muy común en los patios y jardines, muy valiosa porque regala belleza en todos los sentidos, a nivel de su aroma y su estética entre otros.
Con ese nombre se apoda en realidad a muchas plantas de la familia de las oleáceas, pero vale aclarar que el nombre científico de la especie a la que hacemos referencia es la más común y se trata del Jasminum officinale. En inglés se le conoce simplemente como jasmine, y para el mundo de habla hispana, simplemente es jazmín.
Sus flores se presentan reunidas en pequeños ramos y en cuanto a los frutos son bayas chicas y poco desarrolladas. Puedes conseguir una nueva planta multiplicándola por semillas o injertos, entre otoño y el invierno.
Aunque lo más común –de hecho lo que recomiendo- es que compres en viveros la planta ya crecida, que luego la podrás transplantar ya sea a la tierra plena o a una maceta con más capacidad dependiendo de su crecimiento.
La tierra ideal para su cultivo debe ser rica en humus. Además de todas las cualidades mencionadas, el jazmín posee propiedades curativas tales como antiespasmódicas y analgésicas. Es necesario que consultes con un homeópata o idóneo experto, pero te adelanto que puedes hacer uso de las flores empleándolas vía oral en reparados antiespasmódicos, y en líquidos de uso externo, para algunas afecciones oculares.