No es una actividad distinta a la que se puede plantear para cualquier edad: sea cual sea la etapa de vida en que estás, practicar actividades al aire libre, en especial la jardinería siempre es tan sano como enriquecedor. Pero si hablamos de adultos mayores, desde mi perspectiva los beneficios se multiplican y precisamente ese aspecto es el que te propongo profundizar hoy.
Beneficios físicos
La actividad física, es sin duda el primero de ellos. Estar físicamente activo no tiene por qué limitarse a los tiempos de entrenamiento, hay un montón de maneras de ser más activo cada día y la jardinería es una de las más recomendables.
Para empezar es al aire libre, siempre estaras caminando y en movimiento, haciendo estiramientos (por ejemplo para podar ramas altas) y flexiones (para deshierbar o podar ramas bajas). Dependiendo del terreno en el que estés, incluso subirás pendientes y harás algunos saltos (típicos del trabajo en una huerta donde no todo el suelo se puede pisar).
Beneficios sociales
La jardinería te invita a socializar desde todo punto de vista: grupos de productores y cultivadores florales, exposiciones de plantas, compartir grupos de afinidad tanto presencial como virtualmente.
Beneficios psicológicos
Estar activo en casa es una de las premisas para una madurez saludable. Tener un jardín a cargo implica tener tarea siempre, estar pendiente de un calendario sin que éste signifique una presión y tener la alegría de cosechar y disfrutar de lo que uno mismo ha sembrado son sólo unos “titulares” de los muchos beneficios psicológicos. Trabajar en el jardín con los nietos, si los tienes, es lo más gratificante que puedas imaginar.