En un término no tan conocido y relativamente moderno, cuyo concepto y alcance vale la pena compartir en nuestro blog. La jardinería biointensiva es un acercamiento al tipo de jardinería en la que las personas buscan obtener altos rendimientos partiendo áreas pequeñas.
En este contexto, el uso de prácticas orientadas a enriquecer y mejorar el suelo para mantener el jardín sostenible y vital, son imprescindibles. Esta técnica integra los conceptos de un número de diferentes escuelas de pensamiento acerca de la jardinería, que van desde las prácticas utilizadas en las culturas antiguas a las modernas técnicas como la jardinería intensiva francesa.
¿Cuáles son las ventajas?
La más destacada que puedo señalar es que la jardinería biointensiva se puede practicar en espacios de cualquier tamaño, permitiendo que las personas aún con espacio limitado de cultivo aspiren a mejorar los rendimientos.
Varios componentes diferentes están involucrados en jardinería biointensiva y a las personas se les anima a utilizar el sistema como un todo, en lugar de escoger y seleccionar elementos a utilizar, ya que está diseñado para funcionar como un sistema completo.
Acciones prácticas
Las plantas se cultivan juntas para aumentar los rendimientos y la siembra de compañía (afinidades o protección recíproca) también se utiliza en gran medida. Esto incluye la rotación de cultivos, donde los cultivos se plantan de forma secuencial en un orden diseñado para enriquecer el suelo, como la plantación de los fijadores de nitrógeno después de que las plantas que agotan la capa de nitrógeno, y la plantación simultánea de plantas compañeras. Este último concepto merece ser aclarado: las plantas como las caléndulas puede ser compañeras de unas hortalizas plantadas, ya que son capaces de mantener alejados a los insectos, por ejemplo.