¿Te resulta familiar este nombre? A mi sí, porque hace unos años atrás una buena amiga, un poco por vocación y necesidad ella comenzó a aprender un arte floral muy especial: Ikebana, gracias a lo cual sobrevivió durante más de un año de desempleo en plena crisis económica.
Pasado ese mal momento, hacer Ikebana se transformó para ella en un hobby distendido cuyos detalles generosamente comenzó a compartir entre nosotras, sus amigas y que con gusto he organizado para replicar aquí, en nuestro encuentro diario.
¿Qué es Ikebana?
Ikebana es el arte japonés de arreglo floral. A pesar de la sintética definición, créeme que es mucho más que simplemente poner las flores en un recipiente. Es una forma de arte disciplinado en el que el acuerdo estético se hace con un ser vivo, por lo que naturaleza y humanidad deben aunarse en conjunto en todo sentido armónico. El contexto del mismo, está inmerso en una filosofía cuya premisa es desarrollar una cercanía con la naturaleza.
¿Cuáles son las reglas?
Como ocurre con todas las demás artes, Ikebana es una expresión creativa dentro de ciertas reglas de construcción. Sus materiales son ramas vivas, hojas, hierbas y flores. Su corazón es la belleza que resulta de las combinaciones de colores, formas naturales, líneas elegantes y el significado latente en la forma total de la organización. Ikebana es, por lo tanto, mucho más que la decoración floral simple.
Dado que el tema es amplio, disfrutable y hay mucho para aprender, dedicaré en los próximos días varios post a compartir abundante material sobre el mismo. Te invito a estar pendiente.