Antes de lanzarnos de cabeza al mundillo de la jardinería, de empezar a comprar semillas de plantas y herramientas, debemos haber comprobado algo básico: ¿es nuestro suelo adecuado para la plantación? ¿Cómo podemos saber si es suelo salino, por ejemplo, y puede suponer un obstáculo para el crecimiento de nuestros cultivos?
¿En qué zonas se encuentran los suelos salinos?
Los suelos salinos se suelen encontrar en zonas con poca humedad o bien en aquellas que durante mucho tiempo hayan sido regadas con agua alta en contenido de sal. Los motivos que pueden haber provocado esto son muy variados y no siempre vienen de la mano del hombre, por lo que cabe la posibilidad de que al adquirir un nuevo terreno o bien al empezar a sembrar plantas nos encontremos con esta “sorpresa” simplemente por condicionantes geográficos.
¿Cómo afectan los suelos salinos a las plantas?
Los suelos salinos merman la capacidad de las plantas para absorber agua. El plan de riego no tendrá el mismo efecto en un terreno alto en sal, por mucho que utilicemos un sistema de irrigación exhaustivo o adaptado a nuestro jardín, y algunas plantas sencillamente no llegarán a crecer: puede que mueran antes de desarrollarse como es debido o germinar, o que crezcan hasta un límite y después se muestren quemadas y ennegrecidas.
¿Cómo saber si un suelo es salino?
¿Tenemos algún método eficaz para comprobar en qué medida nuestro suelo es salino?
El método del laboratorio
Si sospechamos que puede serlo y tenemos tiempo y medios, la forma más fiable será llevar algo de la tierra a que sea analizada en un laboratorio. No debe de costarnos demasiado y nos servirá para despejar cualquier duda. En función del resultado podremos saber qué plantas serán adecuadas para el suelo por su especial resistencia, ya que realmente poco podremos hacer para solucionarlo.
El método de la abuela
Pero también tenemos un método “de la abuela”, por así decirlo, que aun sin ser lo más eficaz sí puede servir para proporcionarnos una primera idea. Consiste en sembrar judías y esperar a que germinen. Si tienen el color verde habitual que conocemos bien, entonces podemos respirar tranquilos: o el suelo no es salino o posee un contenido muy bajo. Pero si salen azuladas, casi púrpuras, mala cosa. La sal de la tierra es más elevada de lo normal, y entonces haremos bien en proceder al análisis de laboratorio para concretar un poco más.