Esta bella planta, conocida también como Pamporcino, pertenece a la familia de las primuláceas. Puede encontrarse en estado silvestre en los montes de Europa Central, en la región mediterránea, en Asia Menor y en Persia. Las variedades cultivadas en interior provienen del Cyclamen Persicum, dotada de exóticas flores.
Las hojas de esta planta son grandes, acorazonadas y con distintas gamas de verde, aparecen erguidas sobre un tallo largo, con los pétalos dirigidos hacia atrás, cuyo color varía desde el blanco al granate, pasando por todas las tonalidades intermedias. Su floración se produce a finales de verano, otoño e invierno.
Se reproduce por semilla aunque de este modo es bastante trabajosa de multiplicar, resulta mucho más fácil mediante la división de los bulbos, que se deben enterrar a finales de agosto.
Crece bien en tierra de bosque mezclada con arena. Agradece el ambiente fresco, luminoso y húmedo. Hay que situarla en lugares donde no haya corrientes de aire ni un foco de calor directo, como la calefacción. Te aconsejo riegos por inmersión, es decir que tenga la tierra húmeda, pero no encharcada. Pulveriza las hojas con frecuencia, pero cuidando de no mojar las flores. Se verá muy contenta si la sacas al exterior cuando llueva.
Cuidados especiales: el bulbo es muy sensible al exceso de agua, por lo que necesita un buen drenaje. Cuando las flores se marchiten córtalas junto con el tallo, para evitar la putrefacción de la planta.