La boca de dragón, una de las plantas de las que hemos hablado en nuestro blog, es también de las que podemos escoger para plantar en verano. Si vivimos en una zona cálida, no excesivamente calurosa, el final de la estación es un buen momento.
La boca de dragón pertenece a esa clase de plantas que resiste bien los fríos del invierno, por lo que se suele recomendar para finales del otoño. Sin embargo, si plantamos ahora nos aseguraremos de que empiece a florecer en dicha estación, y el contraste con el resto de plantas que empezarán a amarillear en ese momento aportará un toque muy colorido y fresco a nuestro jardín. Así que, ya sabéis, si creéis que agosto no da pie a experimentar con nuevas ideas… ¡aquí tenéis una!
Un buen pH y sol abundante
Entre las condiciones que nos pedirá nuestra boca de dragón para crecer y desarrollarse como es debido se encuentra el disponer de suficientes horas de sol al día, unas cuatro o cinco; es importante que reciban iluminación pero que no nos excedamos en esto. Por lo demás, no debemos temer el efecto de ráfagas de viento o incluso chubascos de verano: so plantas todoterreno que pueden con todo.
Asimismo, el drenaje del suelo será muy importante, y el pH debe oscilar entre 6 y 6,5. No es necesario regar estas plantas con demasiada frecuencia: aproximadamente una vez a la semana, asegurándonos de que el agua cala unos tres centímetros en la tierra pero no mucho más. En época de sequía, claro, tendremos que aumentar la cantidad de riego.
Si disponemos de abono procedente de otras plantas de nuestro jardín, podemos aprovecharlo, sin pasarnos, desde el mismo momento en que colocamos nuestras bocas de dragón en tierra: el aporte extra de nutrientes les vendrá muy bien para florecer enseguida.