De la familia de las liliáceas, el tulipán es característico de Europa y se extiende desde China y Japón, hasta el Mediterráneo. En España, el tulipán silvestre de flor amarilla se encuentra espontáneo en el campo. Desde el siglo XVI en que se inició su cultivo, se han obtenido un sinfín de híbridos y variedades que se cultivan en interior y exterior. Para los cultivos de interior, se recomiendan variedades enanas y de flor doble.
Se trata de una bulbosa herbácea, con hojas lanceoladas de color verde brillante, cuyo único tallo porta la flor en forma de copa o campana, de variadísimos colores lisos o jaspeados.
Floración: en exterior, a partir de Marzo y hasta Mayo. En cultivos forzados de Enero y Febrero.
Reproducción: mediante bulbos. En interior, se pueden plantar los bulbos en noviembre o diciembre y se mantienen en la oscuridad hasta que tengan suficientes raíces. Entonces, se ponen a la luz para que se desarrollen y florezcan. En jardines exteriores pueden plantarse en otoño, resguardándolos de las heladas.
Situación.
Necesitan una tierra de jardín arenosa, o turba y arena a partes iguales. Durante el período en que están echando raíces, en la oscuridad, requieren una temperatura templada. Una vez empiezan a salir los brotes, se pasa a maceta a una habitación caliente y cuando florece, conviene situarla en lugar luminoso, pero más fresco posible para que la flor dure más.
En cuanto a riego, sugiero mantener la tierra húmeda mientras salen raíces, pero no encharcada. Regar, después, regularmente, hasta que se sequen las hojas y se retire de nuevo el bulbo para el año siguiente.
Cuidados especiales: limpiar y secar los bulbos antes de guardarlos en un lugar aireado, oscuro y seco.