Antes de disfrutar de nuestras piscinas en verano, hay que tener en cuenta una serie de tareas de mantenimiento muy importantes, sobre todo si no hemos llevado a cabo el siempre necesario invernaje.
¿Y qué se esconde tras este nombre tan raro, “invernaje”? Al igual que sucede con otras tareas de jardín, las piscinas necesitan un mantenimiento en los meses de invierno para aguantar las temperaturas bajas y sobre todo para que no se acumulen la suciedad y las bacterias. Tenemos productos especiales para ello, filtros, limpiadores del fondo de nuestras piscinas… Sin embargo, no siempre podemos estar atentos; a veces llega el verano sin que nos demos cuenta y no nos ha dado tiempo a preocuparnos del invernaje. ¿Qué hacer entonces?
Nada de desesperarse; en realidad, con un poco de paciencia y esfuerzo podremos poner a punto nuestra piscina, dejándola perfecta para que se convierta en el complemento de nuestras tardes de relax en el jardín. Lo primero que habremos de hacer será vaciarla y limpiar a conciencia sus paredes, preferiblemente con un producto desincrustante, ya que es muy probable que se hayan quedado adheridos muchos residuos. Ojo con esto, puesto que algunos productos pueden dañar las paredes y producir grietas. Es importante que nos aseguremos de comprar marcas de calidad.
Desinfectar a fondo
También será el momento de sacar de nuevo la depuradora del desván. Del mismo modo que hacemos con el aire acondicionado en casa o con otros utensilios de jardín, tenemos que dedicar un rato a limpiar a fondo todos sus componentes: filtros, boquillas, etc. Una vez tengamos todo esto listo y vayamos a llenar la piscina, tendremos que utilizar los productos desinfectantes y algicidas habituales en esta temporada; lo normal será que los apliquemos alrededor del perímetro de la piscina, aunque cada uno puede tener sus indicaciones especiales. Y poco más: aunque podemos dedicar todavía más empeño, con estas consideraciones básicas nuestra piscina estará lista para su uso.