La forma en que dispongamos las antorchas tendrá diferentes implicaciones estéticas: muchos tipos distintos de jardines temáticos funcionarán bien con este elemento. Además, crean un entorno muy agradable para esas noches de verano en las que nos apetece pasar un rato con amigos o familiares en el jardín, tal vez bajo una pérgola. Sin embargo, ya lo sabemos, hay una lista de precauciones básicas que debemos tener muy en cuenta.
¿Cómo decorar tu jardín con antorchas?
Para empezar, el aceite que utilicemos siempre debe ser natural. Con estos nos evitamos problemas por la inhalación de humo y la toxicidad que pueden suponer los aceites industriales. No es recomendable para nada emplear alcohol u otro tipo de sustancias para avivar el fuego de la antorcha: por mucha prisa que tengamos, seguro que nos arrepentimos si causamos un daño irreparable en el jardín. Si queremos darle un poco de vidilla a la llama, lo mejor es emplear parafina o parafina citronella (esta última, además, ahuyentará a los inevitables mosquitos).
Cuando llenemos nuestra antorcha, tendremos que estar muy pendientes para vaciar lo que pueda derramarse a sus pies. Una vez cubierta la mecha esté cubierta de aceite hay que esperar todavía unos minutos antes de encenderla, aproximadamente entre cinco y siete. Nos aseguramos así de que esté empapada del todo y prenda enseguida. Nada de emplear encendedores; si no tenemos cerillas de madera en casa para esto, ya sabemos qué más tenemos que comprar junto con la antorcha.
¿Qué tipo de antorcha para jardín escoger?
Las hay muy cómodas, antorchas de toda la vida que además son fáciles de apagar con el llamado matacandelas, una tapa que se coloca encima sin más. Pero también tenemos esas que se han puesto muy de moda, las antorchas de bambú, perfectas si queremos un jardín más clásico o de estilo oriental, por ejemplo, o las metálicas con un toque quizás más vintage o sobrio. Estas son muy sencillas de colocar, simplemente clavándolas en la tierra, y nos permiten todo tipo de opciones decorativas.